97 años sin nuestro Amado
- Mayra Elena Fonseca Ávalos
- 24 may 2016
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El adiós al poeta de todos los pueblos de América
Su muerte acaecida en Montevideo, Uruguay, el 24 de mayo de 1919, causó una verdadera conmoción en América Latina.


Su cuerpo embalsamado fue trasladado a México en el barco de guerra Uruguay, escoltado por el crucero argentino Nueve de Julio.
Durante la larga travesía, los gobiernos, las universidades, los intelectuales y el pueblo de todos los países en cuyos puertos se detuvo el fúnebre convoy, le rindieron sentidos homenajes, uniéndose al duelo nacional mexicano, constituyendo un insólito homenaje, sin precedentes en los fastos de América.
En aguas del Caribe, se unió a la fúnebre comitiva marina el crucero Cuba y salió al encuentro el cañonero mexicano Zaragoza.
Al ser desembarcado su cadáver el día 11 de noviembre en las playas de Veracruz, el crucero americano Niagara disparó sus cañones en su honor.
En Veracruz y en la capital del país, el pueblo de México le tributó a Nervo grandes honores. Miles de personas trasladaron sus restos a la Rotonda de los Hombres Ilustres: ni héroe ni rey alguno –menos un poeta–, han recibido nunca tales honores.
Nuestro poeta había logrado la loable misión de unir a los pueblos de América por el espíritu y el idioma.























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